sábado, 20 de mayo de 2017

La risa tonta de los “Independientes”

Una cosa es hacerse la tonta (o la rubia) y otra tomarnos a todos y todas las vecinas de Valdemorillo por tontos. Ninguna de las opciones es muy recomendable en un político profesional (aunque sea a escala municipal).

Gema González (Alcaldesa de Valdemorillo desde 2015 por un partido "independiente") junto a Cristina Cifuentes Presidenta de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular

No es cosa de risa ver lo que pasa en nuestro municipio desde hace décadas por culpa de los distintos gobiernos de derechas, pseudoderechas, independientes y “progresistas”. Todos son, como dice el refrán, “el mismo perro con distinto collar”.

En Valdemorillo, afirma Gema González, el voto está muy dividido. Esa es la única verdad que le hemos escuchado decir en el último pleno celebrado el pasado 18 de mayo.

En Valdemorillo, efectivamente, el voto de la derecha está dividido y es codiciado por cuatro partidos: Partido Popular, Progresistas, Vecinos y Ciudadanos.

En estos días asistimos a una lucha soterrada por el poder y por la “herencia” de lo que consideran un territorio que les pertenece. No confundamos la apariencia de rivalidad política local con el verdadero fondo de lo que aquí se está disputando.

En Valdemorillo no hay partidos "independientes", hay familias que controlan partidos, intereses privados, empresarios arribistas y buscavidas oportunistas que parasitan el municipio con el único objetivo de medrar, beneficiarse personalmente y atender sus intereses partidistas, particulares o de sus amigos. Lo sabe todo el mundo.

Nuestra derecha local es rica en soberbia, mala leche, rencor y cuentas pendientes. 

El observador atento, habrá notado que Pilar, Gema, Luis Entero, Luismi Hernández y sus equipos se desprecian y se tienen un desafecto tan profundo que ensombrece incluso el desprecio que sienten por otras opciones políticas y por todos aquellos que no consideran de “los suyos”

Ahora Gema, tras improvisar y dispararse en el pie destituyendo a los concejales de SSP! e IU, desafía a toda la oposición a que se atrevan a presentar una moción de censura. Pide "coherencia" pero lo que necesita es oxígeno...

Su chulería y descaro pone de manifiesto el poco respeto que siente por los vecinos, por el cargo que ostenta y por la confianza que en ella depositaron los partidos de izquierda que le otorgaron su voto de confianza. 

Ella va a lo suyo. Está haciendo cálculos. Sumas y restas. Sopesando que es lo que más le interesa para su carrera política.

En cuanto SSP! e IU le comenzaron a exigir el cumplimiento de los acuerdos de regeneración, modernización y transparencia no aguantó más.

Su ideología conservadora, sus intereses políticos a medio plazo y las presiones de los otros miembros de su gobierno la obligaron apretar el gatillo. Hasta aquí hemos llegado, no vaya a ser que parezcamos “progresistas” de verdad, pensó seguramente.

Desde entonces en los plenos Gema González se muestra divertida y socarrona. Risueña y satisfecha con su jugada. Pero a veces se le escapa esa risa tonta que delata nerviosismo y tensión. No las tiene todas consigo.

Quiere parecer segura y convencida de su firmeza. Pero lo que parece es un juguete roto que estorba a todos y que ya no sirve para nada. Ha cumplido su función, hay que descartarla.

El sillón del Ayuntamiento está a tiro. Tanto PP como Ciudadanos lo saben y aspiran a heredarlo tras desgastar todo lo que puedan a los falsos “Progresistas”

Gota a gota irán desangrando al equipo de gobierno hasta que caigan por su propio peso. Entonces veremos como la derecha “mágicamente” se reconcilia.

Mientras, ante lo que podría haber sido una crisis de seguridad grave (nos referimos al suceso de los sobres) todos ríen las bromas de Nino. Naturalmente cada corte tiene su bufón, la reina Gema no podía ser menos y tiene varios.

En la situación política precaria en la que está nuestro pueblo los chistes sobre los cafés de Charo, los polvos misteriosos y otras bromas hirientes o despectivas que hemos escuchado en el último pleno, están de más. No tienen gracia y no sirven para distraer a nadie. Desde luego a los vecinos y vecinas de Valdemorillo no nos aportan nada.

Esperamos que quienes votaron a UPyD, a Progresistas o a Vecinos, pensando en estas opciones como “independientes” no se tomen todo esto a risa y sepan transmitir a sus representantes que entre lo cómico y lo ridículo hay una gran diferencia.

En Valdemorillo hoy gobiernan en minoría cuatro concejales y una alcaldesa dispuestos a hacer el ridículo en cada pleno. Lo veremos, todos los meses, durante dos largos años.

Qué risa...¿verdad?


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